Un año más nos unimos a la fiesta y reivindicación necesaria del Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo. Conmemoramos así la lucha de muchas mujeres que murieron por defender un mundo igualitario, recordamos que nuestros derechos civiles son fruto del esfuerzo de muchas activistas y nos obligamos a seguir trabajando en su defensa. Ya nos hemos hecho eco de la magnífica campaña «Microrracismos» de la revista digital Afroféminas; además, este año el espacio «Micromachismos» de eldiario.es ha lanzado en febrero la campaña «A mí también me ha pasado» para denunciar actitudes machistas que impregnan nuestras sociedades.
¿Qué podemos aportar desde el mundo editorial? Publicar a mujeres escritoras y contribuir a la visibilidad de su trabajo. ¿Por qué? Porque se publica menos a las mujeres que a los hombres y, por tanto, se leen menos libros escritos por mujeres que por hombres. ¿De verdad? Sí, os animo a hacer la prueba y estudiar vuestras estanterías, como hice yo con las mías el año pasado preparando la campaña #ReadAfricanWomen. ¿Y qué ganamos con ello? Acceder a la visión femenina de las historias y observar desde varios ángulos, algo nada despreciable si tenemos en cuenta que las mujeres somos, aproximadamente, la mitad de la población mundial. De igual forma que un canon literario sin autores africanos es incompleto, la bibliodiversidad pasa por impulsar las letras escritas por mujeres, en nuestro caso africanas.